viernes, febrero 08, 2008

Diálogo inevitable



Hola Débora… ¿cómo estás?
Ah… hola ¿cómo has estado?...
Muy bien ¿Estás muy ocupada?
No. Estaba aquí leyendo lo que nos dejaste para la clase de gramática musical, pero ya casi me voy para mi casa.
Me parece muy bien por que o sino te rajaré despiadadamente.
Ja! Que risa me da, yo soy buena estudiante.
De eso no me queda la menor duda...¿Te gustaría que te lleve? Tengo el carro a unos metros de aquí.
Pues bueno… pero tengo que recoger mis cosas que están en mi locker.
Bueno, ve tranquila, yo te espero.
Listo... ya vengo.
¡Uy... volviste rápido!... ¡vamos pues!.. ven te ayudo con eso.
Gracias.
Pero cuéntame… ¿Qué has hecho el día de hoy?
He tenido clase todo el día, ha estado un poco pesado y estoy súper cansada.
Ahhh no digas, pensé que de pronto te podía invitar a tomar un café para que habláramos un rato.
Pueees... podría ser, sino que tengo que hacer unas cosas ahora que llegue a mi casa.
¡Ven!… ven conmigo y te prometo que te llevo a tu casa temprano para que puedas hacer tus cosas, sin trasnocharte… Ah… ésta alarma funciona cada vez que se le da la gana, espérame un momento y trata de aguantar un poquito el ruido.
No te preocupes, que el frío que está haciendo aquí afuera, no me va a dejar ponerle atención a algún sonido estruendoso.
Listo… ya… ven te abro la puerta para que no te vayas a congelar ahí parada.
Gracias, que amabilidad de tu parte.
Para que veas que todavía existen los caballeros.
¿Quieres escuchar música? ¿Qué te gusta? Tengo Pedro Guerra, Charlie García, Fito Paez, Silvio Rodríguez…
¿Tienes Pedro Guerra? Hay una canción de él que me encanta, en realidad me gustan todas, pero esa es bellísima.
¿Cuál es?
Quiere, se llama “Quiere”…
Sí... esa la tengo… y sé muy bien por qué es tan bella esa canción… Si te gusta tanto, puedo saber qué es lo que tú quieres en realidad.
Digamos que te puedes acercar a lo que quiero, por que además de eso… ¡quiero más!
¡Uy!… de eso me gustaría enterarme, si tu me lo permites… ¿Al fin qué decidiste? ¿Nos tomamos un café y hablamos de lo que pasó ayer?
¿Así tan directa fue la invitación? Pensé que sólo querías hablar…
Pues ya que salimos de la universidad y que estamos aquí los dos solos, podemos hablar más abiertamente.
Ay Eduardo… me pones en una situación muy complicada…
No hagas que te ruegue… En realidad quiero hablar contigo… quiero pasar aunque sea un rato contigo.
Es que no es cuestión de rogarme… tu sabes que no podemos… por que cada que te veo me tiemblan las piernas y no puedo soportar estar tan cerca de ti…
¿Y eso no es bueno? A mi también me pasa lo mismo…
Pero es diferente… tu no tienes nada que te impida estar con alguien
Ok… yo te entiendo… pero tómate un cafecito conmigo y hablamos.
Hmmm… Está bien… ¡Vamos!

1 comentario:

Narrativas II dijo...

Me gusta el progreso que tiene, esa conversación que parecía tan ingenua va revelando muchas cosas mucho más allá de lo que puede ser una simple amistad.